miércoles, 2 de septiembre de 2009

Mi “Sideways” Región Baja o de los eventos paralelos a la Vendimia






Mucho he citado nuestro viaje del año pasado a las fiestas de la vendimia en Baja California, así que ha llegado el momento de narrarles tal acontecimiento. Desde hace ya algunos años, tenía la inquietud de asistir alguna vez a las fiestas de la vendimia en Ensenada, pero como no tenía a quien le interesara realmente asistir a este evento pues no iba y cada año veía las reseñas en las revistas de vino como Catadores o inclusive en las páginas de sociales, lo cual me desanimaba un poco, ya que sentía que la socialité lo utilizaba como pretexto para embriagarse sin entender lo que representan tradicionalmente estas festividades. Para aquellos que no sepan porque o que son, son eventos que se realizan en todos los lugares en donde se siembra uva para vino (ojo no es la misma que se comen cada 31 de diciembre al escuchar las 12 campanadas) ya que es una uva con una cascara más gruesa y se utilizan ciertas variedades en especifico, cada región realiza una serie de fiestas de agradecimiento a la madre tierra, a Dios, a quien se les ocurra, por dejarlos tener otro año de cosecha, en Ensenada llevan 18 años haciendo fiestas en forma, estas suceden durante todo Agosto, cada fin de semana y casi todos los días hay algo, que va desde maridajes especiales entre una vinícola y algún restaurante afamado hasta jazz en el rancho de Mogor Badán al atardecer.
Por azahares del destino conocí a Rosalina alias la Beba, quien está muy metida en la onda del vino en Baja, su esposo Julio inclusive produce su propio vino el Ermitaño alias la Sirena (tiene una sirena en la etiqueta así que nadie lo llama por su nombre al vino y esto enfurece a Julio de una forma que no se imaginan) entonces entre que yo le platicaba de La Pelusa, ella me contaba de que le gusta el vino, ah pues fíjate que a mí también, porque no vienen para la vendimia, y zas que en Mayo la Pelusa y yo dejamos reservados boletos para un fin de semana largo para ir a Tijuana y de ahí bajar a Ensenada manejando la verdad es que no está lejos se hace una hora de camino en una carretera panorámica muy bien trazada, bueno pues ya teníamos todo reservado, inclusive nos ayudaron a encontrar un hotel que estuviera cerca del valle de Guadalupe que esta sobre la carretera Ensenada-Tecate a unos 35 Km de Ensenada, hay algunos hoteles en el Valle pero obviamente están reservados para la vendimia con mucho tiempo de antelación, el hotel en el que nos quedamos “El Sausalito”, no lo recomiendo, estaba bastante pinche, como Motel de camioneros, el baño medio sucio, la cama incomoda, nos costó $500 pesos la noche, tampoco puedes esperar mucho, pero si me das a escoger entre eso y un City Express por $649 la noche, pues si le entro al City Express.
Un jueves de Agosto, tomamos el vuelo nocturno de Aeroméxico Mexico-Tijuana, en la ida ganas dos horas de diferencia por el cambio de horario, salimos a las 9 de la noche y llegamos a las 11:30pm a Tijuana, Chío hizo favor de pasar por nosotros ya que El Paco nos dio asilo en su casa por esa noche, la acompañamos de regreso a un restaurante de donde estaba cenando con unas amigas el Cheripan, se veía bastante bueno y lo recomiendan mucho, la carta de vinos Mexicanos impresionante, bueno ya dormimos muy a gusto La Pelusa y yo, rápidamente al cruzar Tijuana me dijo que no le gustó, y me pregunto ¿pues a quien sí? Arquitectónicamente y en cuestión de Urbanización no es bonito, el ambiente esta padre básicamente es un desmadre 24hrs.
Al día siguiente nos despertamos temprano para salir a las 8 hacia Ensenada, haciendo una parada en Rosarito para echarnos unos tacos de langosta de desayuno, aquí si no entendí las instrucciones los tacos de langosta no son en Rosarito propiamente si no en Pueblo Nuevo delante de Rosarito, pero aún así nos paramos en un restaurante que nos dieron unos burritos de langosta con frijoles y huevo para desayunar, buenísimos, de ahí continuamos manejando, hacia Ensenada, nuestra primer cita era en la bodega Adobe Guadalupe (fabrican los vinos con nombres de arcángeles, Serafiel, Uriel, Gabriel, Kerubiel, Miguel) es importante hacer cita en todas las bodegas porque no te reciben si no tienes cita, como llegamos temprano decidimos pasar a dejar las cosas en el Hotel, de ahí emprendimos en viaje a los viñedos, al entrar a la carretera empiezas a ver un paisaje desértico en donde las vides iluminan de verde el panorama, el camino te lleva entre unos pequeños cerros y de repente el panorama se abre y ves todas las hectáreas sembradas con uva, yo me sentía como en Disneylandia y La Pelusa se sumó a la emoción, llevábamos un pequeño mapa de las vinícolas que lo publicó en una edición especial la revista Sabor en 2007, se los digo si no fuera por eso, no abríamos llegado a ningún lugar, yo creo que el principal problema es que turísticamente nada se planea bien en México, y esta no es la excepción, pero bueno luego lo comentamos a fondo, empezamos a pasar por grandes bodegas como Liceaga, Casa de Piedra, Bibayoff, etc, de acuerdo a la revista el camino más corta era entrar por el restaurante Laja de Benito Molina (reconocido chef mexicano) y bueno pues si así decía que nos metemos, y cuando me doy cuenta el camino era de terracería y yo en auto prestado, bueno pues como estaba parejito pues no lo echamos, yo creí que nunca íbamos salir nos tomo 45 minutos cruzarlo pasamos inclusive por un río seco, así es el Clío se convirtió en un auto de Rally, obviamente llegamos tarde a nuestra cita de las 12:30 con Karla en Adobe Guadalupe, llegamos 12:50 y nos recibió como si nos conociera de toda la vida diciéndonos, que paso chicos pensé que ya no iban a llegar, nos enseño primero la casa, el hotel de 5 habitaciones, la cocina que era impresionante con un desayunador para unas 12 personas, los dueños Tru y Dan Miller, son unos americanos que decidieron poner un viñedo en México y hacer un hotel boutique que sea tan cálido como quedarte en casa de tus tío, pues lo han logrado perfectamente, si me preguntan yo me enamore del concepto y el día que pueda voy a tener un lugar como ese en donde viviremos y emborracharemos a los invitados La Pelusa, Mopa, Chicharititita y yo, pasamos a la cata en la cava, nos dieron el Uriel rosado y el Miguel tinto, muy bien balanceados los dos, además pudimos probar el aceite de oliva y las aceitunas que se cosechan y procesan en la propiedad, muy buenas, vimos los viñedos, la bodega, increíble, por último tuvimos una visita a la tienda, se los digo la tal Karla es una vendedora innata, nos fuimos con aceitunas, aceite, una botella magnum de Serafiel 2003, un par de Uriel 2006, un Mezcal que les hacen los Danzantes de México y hasta una gorra le regalo a La Pelusa, es más hasta los 5 dólares que cobran por la visita nos los perdonaron, increíble la visita y hasta catamos con el mismísimo Dan, la magia que guardan las vinícolas del Valle es que aun puedes conocer a quienes las fundaron, porque lo hicieron, su pasión por el vino a diferencia de las vinícolas en EU en donde es como ir a Disney, tienes tours masivos, el mismo discurso día a día sobre el vino, una fuente de vino, etc., poco autentico y sin carácter, quien sabe cuánto tiempo esto se mantenga en México, pero mientras lo puedan disfrutar adelante.
De salida de Adobe Guadalupe vimos los caballos en los que te pueden llevar de paseo dentro de la propiedad, notable esa visita, de regreso decidimos ir por la carretera normal y darle la vuelta al valle, en el camino delante de Mogor Badán, que vemos un letrero Se Vende Chorizo, híjole julita que nos regresamos, pues ahí nos metemos a un ranchito con gallinas sueltas, perros ladrándole al auto, un par de casas al fondo en el llano, nos recibe un señor que se tomaba una Caguama de Tecate para matar el calor que estaba sobre los 40 grados y no dice “Buenas” le decimos que queremos comprar chorizo, le grita a su mujer “Vieja aquí te buscan” sale una señora muy amable y nos lleva a la otra casa abre el refri y ahí estaban kilos y kilos de chorizo fresco, oiga de a como, pues de a 50 el kilo, bueno pues deme dos, y que La Pelusa le pregunta de unos como chilitos habaneros pero parecían pimientitos como piquillos, nos dice tomen los que quieran se los regalo, ah pues que se atasca la condenada, pagamos y continuamos de regreso a Ensenada para comer en el Rey Sol como estaba planeado, llegamos al restaurante que Mr Palace nos había recomendado, pero cuando La Pelusa vio que era Francés, me dijo, sabes que yo quiero comer en la carreta que vimos a la vuelta con una montaña de conchas de almeja chocolata, bueno me tome una cerveza les dije que nos disculpábamos y que nos vamos a la carreta, que era asediada por una veintena de personas comiendo cocteles de almeja y tostadas de ceviche, el olor de la calle caliente con agua de almeja me quito el apetito, pero Le Pelusa se aventó un vaso de a $50 que tenía la carne de 15 almejas chocolatas gigantes por lo menos, recién sacadas por un seño que mientras abría almejas cantaba y amenizaba la carreta, dice La Pelusa que aún tiene sueños sobre ese coctel, de ahí caminamos al Mercado Negro para comer más terrenalmente, unos tacos de pescado capeado y de camarón, que barbaros, deliciosos y muy baratos, caminamos un ratito por el muelle y nos dieron una tour por la bahía para ver los lobos de mar, así es existe una comunidad de lobos de mar que viven en un barco-casino encallado en Ensenada, vimos probablemente unos 40 lobo, después vimos los atuneros, muy bonito pase por $25 USD, con música de banda incluida, una ganga, ja, regresamos al hotel para prepararnos para ir a la presentación de vinos en la Escuelita de oficios de El Porvenir fundada por uno de los enólogos de la región Hugo D’Acosta para capacitar a la gente de la región en el oficio de hacer vinos, según el comité organizador que es un desastre para dar información no tenia costo el evento, pero que llegamos un $500 por cabeza, bueno pues ya estábamos ahí, este evento no me encanto, se me hizo un poco de pose, ya saben gente bonita haciéndole a la de que les gusta el vino, los vinos que dieron fueron los proyectos del semestre de los alumnos, horribles, extra ácidos, fuertes, amargos sin balance, yo me espante, yo los reprobaba, pero por el otro lado dieron quesos artesanales muy buenos, y de cenar unas tlayudas que estaban increíbles, tamalitos tipo veracruzanos, tocó Paté de Fua, que es un grupo de música tipo Folk, muy bueno, tuvo sus contrastes no volvería a asistir, la escuela está muy bien puesta y esta a la vuelta de Adobe Guadalupe.
Al día siguiente nos fuimos a desayunar San Antonio de las Minas que es la población que esta antes de llegar al Valle de Guadalupe, yo quería la machaca de Venado, pero pues que no era temporada, y ya saben la historia de siempre, me dijeron que los bueno restaurantes son los que están a pie de la carretera tendremos que comprobarlo sobre todo el Mesón de Mustafá, de ahí seguimos a Mogor Badán teníamos cita a las 11:30 llegamos puntualmente ahora sí, nos recibió Antonio Badán (Q.E.P.D) uno de esos personajes que te dejan algo, nos comentó que venía en camino un autobús con algunos turistas y que los teníamos que esperar para empezar el recorrido, nos comento que en la propiedad de al lado tenían un venta de productos orgánicos, así que dijimos ¿porque no?, pasamos a la propiedad al lado, una casa en piedra con una terraza para morirse de envidia, vendían, queso, verduras frescas, vinos, conservas, aceites preparados, tés, etc., muy interesante inclusive vimos como sellaban unas conservas de chiles en agua hirviendo en un caso calentado por carbón, bueno después de algunas compras regresamos al Mogor, y ya estaban empezando con la plática, rápidamente nos pusimos al día, Antonio Badán relataba sobre el origen del rancho, que lo planto su papa quien emigró de suiza y con él trajo una variedad de uva blanca la Chasselas, que seguramente es la única propiedad sembrada con esta uva en el continente, nos dio a degustar el vino blanco debajo de un árbol desde donde se veían las 2.3 hectáreas de Cabernet Franc y Chasselas que tienen sembrados, el blanco es seco, carbónico, algo mineral, muy rico ideal con unas navajas a la plancha, después nos llevo a la bodega, nos explico que su vino era completamente orgánico, no utiliza pesticidas, tiene gansos para comerse las plagas, e inclusive las través de madera de su bodega no estaban selladas con barniz, si no con aceite de nogal, no utilizaba aire acondicionado en la bodega, tenía cinco metro de altura y el techo en dos aguas con ventilación natural y unas culebras de madera para espantar a los murciélagos, toda una obra de arte, en el subterráneo tiene la cava con 22 barricas de roble francés de segundo año (esto quiere decir que se utilizaron antes para envejecer 12 meses algún vino) Antonio comentaba que no le gustaba utilizar barricas nuevas porque hacían demasiado fuerte el vino, cada cosecha guardan 200 botellas para hacer en algún momento una edición especial vertical (el mismo vino pero de diez años continuos por ejemplo) la temperatura de la cava era de 17 grados de forma natural, Antonio tenía como proyecto poner paneles solares para no consumir ni electricidad en el proceso de fabricación del vino, un verdadero ambientalista muy preocupado por la situación del valle en donde el agua cada día es más escasa, él decía que él tenía un trabajo de verdad entre semana y los fines de semana se dedicaba al vino, nos vendió seis botellas de Mogor Badán 2005 y seis de Chasselas 2006, el tinto es espectacular principalmente fabricado con Cabernet Franc, redondo, muy perfumado, cacao, cuero, es una joya, recuerdo claramente la cara que hizo La Pelusa cuando lo probó era tan simple como… de ese me compras, aún tenemos algunas botellas guardadas celosamente, tristemente el murió a sus escasos 57 años el 17 de Noviembre del 2008 por una intoxicación con quesos, tan solo tres meses después de que lo conocimos.
Ya terminado nuestro recorrido por El Mogor, en donde en la salida nos paramos para robarnos unas uvas y probarlas, estaba muy buenas dulces y ásperas al final, nos dirigimos a visitar Viña Liceaga para comer en su restaurante que estaba siendo operado por el restaurante Villa Saverios de Tijuana, yo ese vino ya lo conocía muy bien, básicamente producen el mejor Merlot de México, el reserva es exquisito, primero íbamos por la cata, pero pedimos ver la carta y pues si nos hizo ojitos, pedimos unas ensalada verde para los dos y de platos fuertes yo pedí panceta (es el corte de Tocino que se hace en Italia) delicioso, La Pelusa se anotó una Carrillera (es la carne del cuello de la vaca, es como carne deshebrada deliciosa) en salsa de vino tinto, buenísimo, nos lo acompañamos con una botella de Liceaga, que comilona nos dimos, inclusive vimos al chef lo felicitamos y nos mando una probada de una ensalada especial que preparaba con frutas, riquísima, termine con una copa de grapa, y una botella de grapa, váyanle sumando para que vean con cuanto vino regresamos, de ahí nos metimos por un camino de terracería que daba a una propiedad que se llama el Mogorcito es una colina sembrada de vides con una casa impresionante hasta arriba de la colina, llegamos sin avisar para ver que había, y nos dijeron que en un año más podíamos ir a regresar para probar el vino, seguimos el camino de terracería hasta la vinícola Tres Mujeres de la cual ya había oído cosas interesantes, y pues nos metimos a la propiedad y nos ofrecieron ir a la cava a una degustación gratuita salimos con dos botellas una de ellas sin etiqueta si quiera, son tres mujeres que viven juntas y cada quien hace el vino a su gusto, compramos el Ismé que a mí me gusto más y La Pelusa pidió el IBI, de ahí pasamos a conocer la tienda de La Casa de Doña Lupe, pésimos vinos, esos si eran como Jumex rancio, venden conservas, y hierbas deshidratadas muy buenas, súper turístico, no vayan durante la comida, como ya eran las cinco y ya andábamos sintiendo el alcohol, pues nos seguimos hasta Chateau Camou para asistir al evento que más le entusiasmaba a la Pelusa, el atardecer romántico, acompañado de la presentación de Dulce (en efecto la que cantaba Porque eres un lobo….) y Carlos Cuevas, este evento si fue carito de a $1650 por persona, incluía el Ambigú (botana de quesos y carnes frías) y dos botellas de vino por mesa de cuatro personas, que les puedo decir la entrada a Chateau Camou es muy bonita pasas por Monte Xanic, que para mi gusto son de los peores vinos que he probado en México, simplemente no se pueden guardar, pero el viñedo esta bonito, ya acomodados y como lo prometieron a las 6:30 empezó el concierto de Dulce, La Pelusa casi lloraba de la emoción, duró unas dos horas el show y se sabía todas La Pelusa lo que me deja algunas dudas de sus amistades y sus gustos musicales pero pues así la quiero, después entro Carlos Cuevas y otras dos horas que se avienta, lo padre es que si se te acababa el vino te vendían más botellas en 250 pesos y eran de cosechas que ya no podías encontrar, nos tomamos un 1997 y estaba re bueno, balanceado bien añejado, rico, muy bueno nos dieron otra más de un 1999 y también cumplía muy bien, como por ahí de las 11:30 nos regresamos ya medio tocados, pero llegamos con bien al hotel.
El domingo nos despertamos temprano y algo cansados para vernos con Rosalina para ir al evento de clausura de las fiestas de la vendimia con el concurso de Paellas, Julio lleva haciendo paellas desde que se inicio el evento hace 17 años, la idea es que se hacen 300 paellas diferentes y los jueces las califican, llegamos a montar las mesas, decorar el stand, conseguir la leña, por la cual arriesgamos el cuerpo ya que un grupo se adelanto y tomo toda la leña así que Julio se puso violento pero nos la quedamos a la mala, la paella quedo buenísima, no es por nada pero que buena mano tenemos a nuestro lado estaba el stand de Barón Balché y ellos llevaron hasta su chef ejecutivo, pero no es por nada pero su paella estaba bastante mala, el arroz estaba crudo y fue la que ganó el concurso, creemos que hicieron chanchullo y dieron una prueba de nuestra paella como si fuera la de ellos, lo padre es que todo mundo pasa a los puestos a probar las paellas de todos, se juntas unas 5,000 personas, y en medio las vinícolas venden obviamente el vino, santa bacanal Batman!, La Pelusa que convivía con las esposas de los amigos de Julio y Rosalina, yo que platicaba con la concurrencia, bueno la cosa es que nos tronamos unas 15 botellas de vino media de grapa entre ocho personas, nombre salimos dando de tumbos, lo padre es que el evento se acaba cuando se mete el sol, es una convivencia familiar, increíble, simplemente es algo espectacular, tengo que decir que probé paellas muy malas y otras muy buenas, convivimos con vitivinicultores, entre ellos los que hacen el Otello y el Ícaro estaban sentados comiendo con nosotros, gente súper amable, entonces como todos andábamos ya jaladones nos fuimos a cenar a un restaurante en Ensenada (no recuerdo el nombre tengo medio borrado el episodio) y pues en eso que me doy cuenta de que La Pelusa estaba dormida en la mesa, no pues ahí dije ya me la llevo, deje una lana a cuenta y que nos vamos para Tijuana a las 11pm, La Chío estaba medio preocupada pero llegamos bien, medio nos pedimos en el centro y pasamos por la zona roja que si está bastante pesada, al día siguiente nos despertamos temprano para tomar nuestro vuelo de regreso a México y o sorpresa que La Pelusa no traía su bolsa (bolso Burberry que le compre en Bilbao), pues que vamos al coche y nada, en Volaris nos dijeron que pues ni modo no los podemos subir así que perdieron el boleto, así que le hablamos a Rosalina a las 7am, me contesto súper cruda y me dijo que no estaba en el auto de Julio, decidimos irnos de regreso a Ensenada para ver si estaba en el terreno de Santo tomas en el valle de Guadalupe en donde fueron las paellas, llegamos y nada, en eso nos habla Rosalina, que la niña dejo la bolsa en el baño y pues como veníamos con gente conocida les hablaron para decirles que habían olvidado el bolso, vaya honestidad, reservamos un vuelo en Aeroméxico nos bajaron 6,000 pesos de dos boletos sencillos un robo, pero pues que le hacíamos teníamos que regresar a México.
Toda una experiencia, en resumen regresamos con 18 botellas el problema es que las tuve que llevar arriba porque si no van en caja de madera no las dejan documentar, así que moraleja, si vas a comprar vino llévate una caja de madera para vinos desde México.

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